Hasta ahora, siempre que nos hemos comunicado con alguien, de cualquiera de las formas menos la directa, ha sido sin poder ver a nuestro (o nuestros) contertulios.
Los sistemas de videoconferencia parten de un ordenador personal al que hay que añadirle una serie de dispositivos; una pequeña cámara, un micrófono y un módem.
Actualmente hay en la Internet un sistema de videoconferencia m√∫ltiple (CU-Seeme, see you-see me, te veo-me ves), multiplataforma y de libre acceso, que puede considerarse el "preprototipo" de lo que veremos en un futuro.
Sin embargo el vídeo en tiempo real desbordaría estas líneas. Para solucionar esto se recurrirá a la compresión de imágenes, ya sean estáticas o en movimiento.
La videoconferencia puede ser entre dos personas o entre un grupo de varias (CU-Seeme permite conectar a varios a la vez), cómo podemos hacer actualmente con las charlas (escritas) de los BBS que tienen varias líneas telefónicas.
Uno de los aspectos m√°s interesantes de la videoconferencia ser√° la posibilidad de compartir aplicaciones. No me refiero a poder intercambiar archivos utilizables en una misma base de datos, sino a que dos o m√°s personas trabajen, al mismo tiempo, con el mismo programa, como si estuvieran ante el mismo ordenador.
La videoconferencia personal o múltiple, permitirá, por ejemplo, realizar una reunión con todos los directivos de una multinacional, cada uno desde el país en el que trabaja. Podrán verse, o mostrarse los datos o proyectos que sean necesarios, sin tener que moverse de su despacho, lo que mejorará la comunicación entre todos los miembros y reducirá costes y tiempo.
Hay varias empresas en todo el mundo que fabrican estos sistemas de videoconferencia. El estándar que siguen es la norma H.320 y las características, precios y prestaciones varían entre unas y otras, lo que significa que podemos elegir la que más se adapte a nuestras necesidades.
Las tarifas de líneas RDSI españolas dependen de si la conexión es básica o primaria. En caso de ser básica, el alta cuesta unas 35.000 pesetas, y el abono mensual unas 6.000. Si elegimos la conexión primaria influyen más factores: el alta en un núcleo urbano ronda el millón de pesetas, mientras que si es desde una zona rural nos costará el doble. El abono mensual será de cien mil pesetas en el primer caso y de unas ciento cincuenta mil en el segundo.
En España podemos conseguir equipos personales desde 300.000 pesetas o sistema que permiten conexiones múltiples que cuestan hasta varios millones de pesetas. En ambos casos dependerá de las características y las opciones adquiridas.